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Besos de Amor

Llega un momento en la vida en el que hay que pararse, mirar atrás y en la mayoría de ocasiones ajustar un poco el rumbo, y rectificar.

Estamos en un punto cíclico de la historia, en el cual, como en el Barroco, vivimos de cara a la galería, y de las apariencias. Aparentemos ser y seremos. Queramos parecer ésto y quizás lo consigamos. ¿De qué sirve parecer lo que no somos? Éso es mentir a los demás, peor incluso, que mentirnos a nosotros mismos.

El Cristianismo, y las asociaciones de fieles viven, del mismo modo, sumidas en ésta crisis de identidad y de engaños, puesto que las personas que las integran viven de ése modo...

Un ejemplo de ello es un culto tan arraigado en nuestra ciudad cómo el Besamanos (o Besapié en el caso). El Besamanos surge como símbolo de adoración, y amor hacia María, o Cristo...

Pero, ¿de qué sirve demostrar el amor hacia una escultura de madera... si no somos capaces de demostrar amor por aquellos que nos necesitan?

Besar la madera no sirve. Creer en Dios tampoco... Hemos de demostrar que amamos a los demás, que estamos dispuestos a actuar, y que somos felices de ésa manera.

Por ello, os dejo ésta foto... Para demostrar que lo que digo es posible, viable y consecuente.


Esta imagen son verdaderos Besos de Amor. Besos de Caridad.

Gracias Alejandro por esta foto, y gracias Hermanos de San José, por demostrar que aquí no estamos (estáis, mejor dicho) para aparentar.

Foto: Alejandro Braña Ruiz

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