Un binomio de perfección continua... Un tiempo justo en el que la vida de la ciudad se transforma... Como cuando te levantas por la mañana y pasas del sueño a la vigilia, y de la vigilia a la vida real... Un periodo de ensoñación en el que todo toma forma... En el que nerviosismo se apodera de unos pocos locos, que ven como se acerca con paso lento, pero incesante e incansable... Ya se ven los ciriales por la esquina, y notas en tu estómago ésas mariposas de amor, y de ganas con las que necesitas ver su cara, y ver la caricia del varal con su palio... A paso de palio es como viene ella, a paso cortito avanzando... El compás lo marca su figura, y el tiempo... el tiempo es el que determina mi nerviosismo... Ya queda menos...