Ha sido una noticia, que me ha pillado de imprevisto. No he tenido tiempo para prepararme. Ya sea por la lluvia en Semana Santa, por tener que trabajar en dicha época o por no poder sacar la papeleta de sitio, el 2014 ya tenía motivos suficientes para generarme una depresión. Pero él, se ha empeñado en dármela completa.
Gonzalo es alguien distinto aparentemente. Cauto y distendido por igual en los primeros encuentros. Pero es alguien normal en las cercanías. Sincero hasta la extenuación, y cabezota por momentos. Cuando cree llevar la razón, la escuda en argumentos de peso, y en opiniones y las lleva hasta el fin de las consecuencias.
Amigo entregado. Basta una llamada para ponerse a tu servicio.
La ilusión lo lleva a emprender viaje a tierras lejanas. La falta de futuro en el sur, lo conducen al norte. En busca de un porvenir, de una estabilidad, que aquí no aparece.
En Londres se encontrará con su hermana, con Inma, con Ana... Que lo ayudarán a instalarse y a sentirse un poco más cómodo.
Quiere guardar en una pequeña cajita varias flores de azahar, para llevarse a Londres la esencia de sus calles en Primavera.
Él, que ayer se tomó unas Cruzcampo para recordar el sabor de la rubia en tierras forasteras, fue bajando por Placentines, mirando hacia arriba. Como todos los Sevillanos. Extendió los brazos y se abrazó a la Giralda, como un muro de las lamentaciones particular. Y la besó.
La imagen de mi hermano, despidiéndose de la Giralda con un beso, me está martilleando la cabeza y el alma. A pesar de ser mayor que él en edad, su envergadura hace que lo tenga como hermano mayor, como confidente, y como acompañante de largos paseos, con sendas largas conversaciones y con largas sonrisas.
Hemos reído, hemos llorado y hemos pasado muchísimos momentos juntos. Incontables...
No encuentro las palabras para despedirme de tí, porque realmente no me quiero despedir de tí. Sé que es necesario. Estoy muy triste, porque ya no voy a verte con la asiduidad que te veía hasta ahora con todo lo que aquello conlleva.
Ahora entiendo ésa canción que dice que "algo se muere en el alma, cuando un amigo se va". En mi corazón hay una habitación que se va recogiendo, y que va apagando sus luces, hasta no se sabe cuándo.
Te deseo lo mejor. Mereces lo mejor. Y de veras que espero que lo encuentres. Y que cuando lo encuentres, lo aproveches. Éso me hará sentir muchísimo mejor de como me siento ahora. Disfruta y vive.
Yo intentaré que la bandera Verde, blanca y verde, siga recuperando el color vivo que ha de tener. Eres el mayor ejemplo de Andaluz que conozco, sufrir, sudar y trabajar hasta alcanzar el objetivo.
Te quiero Hermano. Vuelve pronto.
Gonzalo es alguien distinto aparentemente. Cauto y distendido por igual en los primeros encuentros. Pero es alguien normal en las cercanías. Sincero hasta la extenuación, y cabezota por momentos. Cuando cree llevar la razón, la escuda en argumentos de peso, y en opiniones y las lleva hasta el fin de las consecuencias.
Amigo entregado. Basta una llamada para ponerse a tu servicio.
La ilusión lo lleva a emprender viaje a tierras lejanas. La falta de futuro en el sur, lo conducen al norte. En busca de un porvenir, de una estabilidad, que aquí no aparece.
En Londres se encontrará con su hermana, con Inma, con Ana... Que lo ayudarán a instalarse y a sentirse un poco más cómodo.
Quiere guardar en una pequeña cajita varias flores de azahar, para llevarse a Londres la esencia de sus calles en Primavera.
Él, que ayer se tomó unas Cruzcampo para recordar el sabor de la rubia en tierras forasteras, fue bajando por Placentines, mirando hacia arriba. Como todos los Sevillanos. Extendió los brazos y se abrazó a la Giralda, como un muro de las lamentaciones particular. Y la besó.
La imagen de mi hermano, despidiéndose de la Giralda con un beso, me está martilleando la cabeza y el alma. A pesar de ser mayor que él en edad, su envergadura hace que lo tenga como hermano mayor, como confidente, y como acompañante de largos paseos, con sendas largas conversaciones y con largas sonrisas.
Hemos reído, hemos llorado y hemos pasado muchísimos momentos juntos. Incontables...
No encuentro las palabras para despedirme de tí, porque realmente no me quiero despedir de tí. Sé que es necesario. Estoy muy triste, porque ya no voy a verte con la asiduidad que te veía hasta ahora con todo lo que aquello conlleva.
Ahora entiendo ésa canción que dice que "algo se muere en el alma, cuando un amigo se va". En mi corazón hay una habitación que se va recogiendo, y que va apagando sus luces, hasta no se sabe cuándo.
Te deseo lo mejor. Mereces lo mejor. Y de veras que espero que lo encuentres. Y que cuando lo encuentres, lo aproveches. Éso me hará sentir muchísimo mejor de como me siento ahora. Disfruta y vive.
Yo intentaré que la bandera Verde, blanca y verde, siga recuperando el color vivo que ha de tener. Eres el mayor ejemplo de Andaluz que conozco, sufrir, sudar y trabajar hasta alcanzar el objetivo.
Te quiero Hermano. Vuelve pronto.
Comentarios