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Primer golpe...

Empuñó el barco, y llamó a la Esperanza.

El primer golpe vino con las tardes largas de sol. Con los olores en la calle Córdoba, o en la esquina del San Buenaventura en García de Vinuesa.

El segundo golpe... Fue más certero. Las naranjas de los árboles ya están cayendo poco a poco... Lágrimas frutales al suelo... Zumo de sentimientos...

El tercer golpe... el último. 40 días, y 40 noches. Minutos, segundos... Y la conclusión es que es poco tiempo...
Menos todavía... Es como cuando salta el corazón al ver tras una esquina una cara conocida. Una cita a la que llegas pronto, por no querer llegar tarde. Ése run run...  Ésa cosa que sólo sabemos nosotros.


"Una travesía con el rumbo marcado. Un puerto llamado tiempo. Una eslora que juega con las brisas... Un ancla que ya espera sin prisa. Unas redes esperando el fruto de la Vida... y ése salvavidas en la Proa...
Ya avista tierra... Enrollando la soga... Vida a la vista... Ya está aquí marinero... Se acabó nuestra andanza... 
Ése es nuestro destino... La Esperanza"

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Londres

El Árbol de los Amigos...

La vida es como un río... quizás eso lo dé por hecho todo el mundo... quizás sea yo el extraño o el raro que la vea como un parque, un parque frondoso y lleno de árboles en el que un árbol trata de cada cosa, y otro de otra muy distinta... Hoy me he fijado en el árbol de los amigos, y he recapacitado sobre éste árbol, que siendo uno de los más grandes de mi parque, tiene muchas hojas de un color y otras de otro. Yo soy el tronco (sin afán de protagonismo), y hay diversas formas de ser amigo. Hay amigos que los llevas tan pegado al corazón, que forman una parte indisoluble de ti... Son unas ramas que salen del tronco, que ayudan a sostener la copa, cuando se acercan los días de viento, o las grandes lluvias. Son poco más que los dedos de mi mano, pero si ellos no estuvieran, éste tronco que les habla, sería más bien un hierbajo... Hay, otros amigos que salen de éstas ramas, son las ramitas, a los que quizás no veo en meses o en años, pero que siempre están ahí, y con 5 minutos...

Negro... Tiniebla... Y Morado...

El tacto... El futuro y el pasado. La vigilia y el sueño. La juventud y la vejez. El incienso y la mirra. El blanco y el negro. La nana y el réquiem. La Fe y la Esperanza. El Amor. El tacto de querer tocar y dar vida. El tacto de una lágrima corriendo despavorida por la mejilla doliente. La Caridad y la Piedad... El Silencio y la espera... Todo y nada, "in ictv oculi", en un abrir y cerrar los ojos... El Rey de la Tremenda Majestad... El cielo y la tierra. El temor y la angustia... Un patio frío, centenares de capas negras, un entierro... Un último cortejo fúnebre... El todo en una foto, el todo en una descripción... Enfila ya Doña María Coronel, enjuto en su silencio y en su discurrir... Como desde antaño. Como siempre... Y ésa mano, sigue posada en el cuerpo muerto, en el cuerpo de la Vida.