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Felicidades, Papá y Mamá...

Hace 23 años... Mis padres esperaban ansiosos el nacimiento de un hijo...
Ya estaban salidos de cuentas y lo que quedaba era esperar.

Así llegó el 18 de Julio sobre las 3 de la madrugada... Un servidor comenzó a patear los interiores de mi madre, y a éso de las 9 de la Mañana llegué a ésta vida, y abrí los ojos a una Sevilla, en la que confío volverlos a cerrar...

Aunque debo felicitarles a ellos por continuar con la proeza de la vida, me felicito a mí, por tener a los padres que tengo... Luchadores, trabajadores, honrados, honestos y con la enorme sabiduría de haber inculcado unos valores lo suficientemente fuertes para que pudiéramos crecer mi hermano y yo y llegar a ser lo que todos los padres quieren "hombres de provecho"...

Así que ésta epístola... va dedicada a ellos, por ser como y quienes son...

Felicidades Papá y Mamá...

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El Árbol de los Amigos...

La vida es como un río... quizás eso lo dé por hecho todo el mundo... quizás sea yo el extraño o el raro que la vea como un parque, un parque frondoso y lleno de árboles en el que un árbol trata de cada cosa, y otro de otra muy distinta... Hoy me he fijado en el árbol de los amigos, y he recapacitado sobre éste árbol, que siendo uno de los más grandes de mi parque, tiene muchas hojas de un color y otras de otro. Yo soy el tronco (sin afán de protagonismo), y hay diversas formas de ser amigo. Hay amigos que los llevas tan pegado al corazón, que forman una parte indisoluble de ti... Son unas ramas que salen del tronco, que ayudan a sostener la copa, cuando se acercan los días de viento, o las grandes lluvias. Son poco más que los dedos de mi mano, pero si ellos no estuvieran, éste tronco que les habla, sería más bien un hierbajo... Hay, otros amigos que salen de éstas ramas, son las ramitas, a los que quizás no veo en meses o en años, pero que siempre están ahí, y con 5 minutos...

Negro... Tiniebla... Y Morado...

El tacto... El futuro y el pasado. La vigilia y el sueño. La juventud y la vejez. El incienso y la mirra. El blanco y el negro. La nana y el réquiem. La Fe y la Esperanza. El Amor. El tacto de querer tocar y dar vida. El tacto de una lágrima corriendo despavorida por la mejilla doliente. La Caridad y la Piedad... El Silencio y la espera... Todo y nada, "in ictv oculi", en un abrir y cerrar los ojos... El Rey de la Tremenda Majestad... El cielo y la tierra. El temor y la angustia... Un patio frío, centenares de capas negras, un entierro... Un último cortejo fúnebre... El todo en una foto, el todo en una descripción... Enfila ya Doña María Coronel, enjuto en su silencio y en su discurrir... Como desde antaño. Como siempre... Y ésa mano, sigue posada en el cuerpo muerto, en el cuerpo de la Vida.