Ése hombre es Soberano... Es distinto, es portento, es alguien totalmente diferente a todos los demás...
Desde que mis ojos comenzaron a ver la realidad, y mi mente a ser consciente de sus hechos, en la cabecera de mi cama ya estaba él mirándome... Lo veo todo los días, hablo con él... Y es diferente... Te lo digo yo que lo conozco... Siempre estaba ahí cuando lo necesitaba, o quizás me asaltaba en la mente cuando más perdido me encontraba...
Las noches de enfermedad, entre sudores y dolores... Me llegaba mandado por su madre... Nunca me ha dejado solo.
Hoy me sigo levantando y le sigo mirando, intentando vislumbrar en su rostro tan conocido para mí, que es lo que me guarda el día...
Un padre... Un padre Soberano... Sé que me espera en Triana, allí rodeado de azahares, todo portento y finura... Por que mi padre no es cualquiera... Mi padre es el Soberano Poder...
Él es, y lo veréis venir sobre las andas pretéritas del tiempo, a la diestra y a la siniestra de sus hijos Trianeros, para llenar de Gloria a Sevilla, y para hacer del Invierno, Primavera, y de Sevilla, Semana Santa...
No hacen falta Izquierdos, ni Cigarreras, para saberlo el Soberano, solo con verle desde que era un pequeño perdido y sin rumbo, supe que lo era... Te veré todos los días, te acompañaré allí a mediados de Marzo...
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