Empuñó el barco, y llamó a la Esperanza.
El primer golpe vino con las tardes largas de sol. Con los olores en la calle Córdoba, o en la esquina del San Buenaventura en García de Vinuesa.
El segundo golpe... Fue más certero. Las naranjas de los árboles ya están cayendo poco a poco... Lágrimas frutales al suelo... Zumo de sentimientos...
El tercer golpe... el último. 40 días, y 40 noches. Minutos, segundos... Y la conclusión es que es poco tiempo...
Menos todavía... Es como cuando salta el corazón al ver tras una esquina una cara conocida. Una cita a la que llegas pronto, por no querer llegar tarde. Ése run run... Ésa cosa que sólo sabemos nosotros.
El primer golpe vino con las tardes largas de sol. Con los olores en la calle Córdoba, o en la esquina del San Buenaventura en García de Vinuesa.
El segundo golpe... Fue más certero. Las naranjas de los árboles ya están cayendo poco a poco... Lágrimas frutales al suelo... Zumo de sentimientos...
El tercer golpe... el último. 40 días, y 40 noches. Minutos, segundos... Y la conclusión es que es poco tiempo...
Menos todavía... Es como cuando salta el corazón al ver tras una esquina una cara conocida. Una cita a la que llegas pronto, por no querer llegar tarde. Ése run run... Ésa cosa que sólo sabemos nosotros.
"Una travesía con el rumbo marcado. Un puerto llamado tiempo. Una eslora que juega con las brisas... Un ancla que ya espera sin prisa. Unas redes esperando el fruto de la Vida... y ése salvavidas en la Proa...
Ya avista tierra... Enrollando la soga... Vida a la vista... Ya está aquí marinero... Se acabó nuestra andanza...
Ése es nuestro destino... La Esperanza"
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