Personal. Tendría casi 2013 razones para tirar el año que hoy termina, a la basura. Pero prefiero quedarme con las pocas cosas, por las que ha merecido la pena vivir éste año. Comenzó en París, y ha terminado en Paro. Dos letras y un mundo. Los días nublados, me recuerdan a Montmartre y las Tullerías... El viento me recuerda a lo alto de la Torre Eiffel y la lluvia, al Hospital de los Inválidos. No pasa un día que recuerde la estancia en Lutecia ni la sensación que me produjo ponerme frente a obras de arte universales, o el simple hecho de caminar por una ciudad tan alejada a la mía, montarme en un avión, o escuchar un idioma que no es el Andaluz. Marcado de por vida, y con vistas a una nueva visita. He vuelvo a volver a la Facultad, con todo lo que aquello conlleva. Una vez perdido el hábito de estudiar es difícil volverlo a recuperar. Nadie dijo que ésto fuera fácil. Ahí estoy, ésta vez para conseguirlo. Me he vuelto a mudar... A un piso, más ba...