Les cabe bajo el brazo el equipaje para su larga y dura travesía. La fuerza sacará que no tenía el músculo. Más nervio, y más coraje. Y el alma, que sin alma, este viaje no lo soporta nadie, nadie iría en la ciega galera de una umbría remando con los pies en oleaje de un mar urbano con brillo de cera, obediente a una voz seguiriyera y a un golpe de martillo que motiva, si al levantar el paso no pensara -rebosante la fe, la entrega claraque es Cristo o es su Madre quien va arriba. Antonio García Barbeito, Sevilla 2010...