Te irás pronto, ala hora aciaga de sueño de siestas... Te irás sin haberte saboreado lo suficiente...
Sin saber lo que escondo, y sin saber lo que tienes...
Sin saberlo ni pretenderlo, sabes y lo hablas,
porque para ello te debes...
Hace mil años que murió, y por tu boca suenan profecías de Machado,
cantos enamorados de una tierra, que a buen tiempo te supo abrir los ojos,
para quedarte anidando, en una tarde de palabras...
En una tarde que nunca quise tan corta...
Espero verte pronto, espero que vuelvan tus palabras, para regalarte una sonrisa, cuando no puedo disimular el asombro, que de la manga te saques otro soneto, para nombrar a Sevilla, sin regalarme su nombre.
Sin saber lo que escondo, y sin saber lo que tienes...
Sin saberlo ni pretenderlo, sabes y lo hablas,
porque para ello te debes...
Hace mil años que murió, y por tu boca suenan profecías de Machado,
cantos enamorados de una tierra, que a buen tiempo te supo abrir los ojos,
para quedarte anidando, en una tarde de palabras...
En una tarde que nunca quise tan corta...
Espero verte pronto, espero que vuelvan tus palabras, para regalarte una sonrisa, cuando no puedo disimular el asombro, que de la manga te saques otro soneto, para nombrar a Sevilla, sin regalarme su nombre.
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