Hay un fantasma que a poco de que empiece la Semana Santa, siempre me visita. Cuando menos lo espero, aunque siempre lo espere por éstas épocas. Cuando no aparece lo espero con ansias. Y éste año ha llegado un poco más tarde. Parece que los estragos de la crisis se hacen notar en vivos, y en no tan vivos.
Con su tela blanca, y colgado de una percha, me recuerda que queda menos aún de lo que imagino. El Lunes Santo, ése fantasma del que hablo, me acompañará por Sevilla, al mismo tiempo que acompañaré a mi Cristo y a mi Virgen, desde el Tardón, hasta lo más profundo de la ciudad.
Me cubrirá con su cadencia añeja, y me ocultará bajo su rostro, para que pueda conseguir la penitencia que ansío. Sin su ayuda, nada de todo sería posible.
Cuando la nada, lo es todo, y cuando el todo se resume en una tela de sarga blanca... Divagaciones de un loco... Un loco que ve fantasmas donde otros verían túnicas.
No podrás llegar a saber jamás cuanto quiero a ése fantasma... Donde otros ven la cercanía y los preludios en el centro, con el azahar, o con la rampa del Salvador... a mí viene a anunciarmela un fantasma que por éstas fechas siempre es un motivo de alegría...
Ya está merodeando por mi cuarto, sin cadenas y sin miedo... solo con el blanco impoluto y con un amigo de cartón y con forma cónica a su vera...
Con su tela blanca, y colgado de una percha, me recuerda que queda menos aún de lo que imagino. El Lunes Santo, ése fantasma del que hablo, me acompañará por Sevilla, al mismo tiempo que acompañaré a mi Cristo y a mi Virgen, desde el Tardón, hasta lo más profundo de la ciudad.
Me cubrirá con su cadencia añeja, y me ocultará bajo su rostro, para que pueda conseguir la penitencia que ansío. Sin su ayuda, nada de todo sería posible.
Cuando la nada, lo es todo, y cuando el todo se resume en una tela de sarga blanca... Divagaciones de un loco... Un loco que ve fantasmas donde otros verían túnicas.
No podrás llegar a saber jamás cuanto quiero a ése fantasma... Donde otros ven la cercanía y los preludios en el centro, con el azahar, o con la rampa del Salvador... a mí viene a anunciarmela un fantasma que por éstas fechas siempre es un motivo de alegría...
Ya está merodeando por mi cuarto, sin cadenas y sin miedo... solo con el blanco impoluto y con un amigo de cartón y con forma cónica a su vera...
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